sábado, 9 de mayo de 2009

CENTROS DE DIDÁCTICA

El presente trabajo tiene como propósito el de mencionar a grandes rasgos lo qué es un centro de didáctica y las características que lo describen. Más que dar una definición de este, se pretende señalar la importancia que tiene para la formación, capacitación y actualización docente; aspectos sumamente importantes para la calidad de la educación del país.
En el desarrollo del trabajo se hace también un poco de historia a partir de los años 70, período en el que se inicio el primer programa de actualización y mejoramiento del magisterio en la gestión de Víctor Bravo Ahuja. Esto con la finalidad de analizar como ha ido evolucionando la capacitación que el docente ha recibido a través del tiempo hasta la actualidad.
Iniciemos pues, señalando que en marzo de 1975 fue exactamente la apertura de ese primer programa, mismo que permitió a los profesores en servicio “aspirar a la licenciatura en educación por medio de cursos abiertos complementados con cursos de verano…permitiéndoles incrementar su nivel académico, dominar nuevas técnicas y conocimientos, además de obtener mejoras económicas”[1]
Unos años atrás en 1971 específicamente, fue creada la DGMPM (Dirección General de Mejoramiento Profesional del magisterio). “Su objetivo era ofrecer asesoría permanente y procurar actualizar al magisterio en servicio… con un programa nacional de seminarios, conferencias, mesas redondas y juntas académicas de zona sobre diversos temas educativos”[2]
Y fue a partir de los años ’70 con la reforma educativa, que empiezan a aparecer los asesores, colaboradores o autores de textos, personas o instancias ligadas a centros dedicados a la investigación científica y humanística, tal es el caso del Colegio de México, el departamento de Investigaciones Educativas (DIE), del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (CINVESTAV) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) destacando de esta última institución, los apoyos al programa de Ciencias Naturales, de Matemática Educativa y más adelante difundiéndose en materiales de dependencias de la SEP, como el caso del Programa de Actividades Culturales para la Educación Primaria (PACAEP) y de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), una serie de textos, productos y reportes de investigación educativa.
Estas instituciones educativas empiezan a definirse como organizaciones formadoras, capacitadoras y actualizadoras del magisterio mexicano. Es decir se convierten en centros didácticos que fortalecen las habilidades docentes para una mejor educación.
Pero para poder profundizar más en la temática puntualicemos… ¿Qué es un centro didáctico?: Como su nombre lo dice es una instancia donde se forma, actualiza y capacita con aspectos pedagógicos y didácticos en el proceso de enseñanza aprendizaje aquellos docentes que así lo requieran.
Partiendo de esos indicadores elementales, podríamos referirnos a la formación, como el conjunto de aprendizajes teóricos y de índole técnico, que permiten al profesor estar habilitado para ejercer de una manera verdaderamente pedagógica la docencia. Dentro de este espacio se encuentran las instituciones formadoras de docentes como Universidades Pedagógicas públicas o privadas, Normal de maestros, UPN, entre otras.
Por su parte, la capacitación se puede entender como toda acción específica destinada a desarrollar algún tipo de habilidad o adiestramiento en quienes ya están en servicio, a fin de mejorar su capacidad de trabajo educativo. En tanto que la actualización es el conjunto de actividades y saberes destinados a operar cambios innovadores que las reformas proponen y las necesidades exigen. En estos dos últimos indicadores las instituciones encargadas de cubrir dichas acciones son los centros de maestros, la Red Escolar, la Red Escolar, Cursos impartidos por la SEP, etc.
De acuerdo a los puntos anteriores podemos decir entonces que tanto las instituciones formadoras de docente, como las encargadas de actualizar y capacitar a los docentes se consideran parte de los centros didácticos. En estos espacios de trabajo académico dan oportunidad a los profesores de recuperar sus saberes y prácticas, ponerse en contacto con los de otros y conocer o reconocer nuevos aspectos de la práctica docente con lo cual los maestros están en posibilidades de desarrollar más eficazmente su labor.
Es necesario hacer incapié que el proceso de formación y actualización de docentes deberá, cada vez más, retomar la experiencia cotidiana del maestro, para recuperar lo valioso y superar los vacíos y las ineficiencias. Los cursos de actualización, que parten del supuesto de que los mismos contenidos se pueden ofrecer de manera indistinta a todos los maestros, están condenados al fracaso.
Y es que en el aula es el lugar donde se concretizan las relaciones docente-alumnos con el conocimiento socialmente compartido, es el lugar donde pueden generarse las teorías, es el laboratorio social donde realmente se generan la reformas educativas. Cuando hacemos referencia a reformas educativas o construcción de teorías hablamos de lo real, de lo que se vive, se construye y se reconstruye en el quehacer áulico.
La polémica de hacer docentes-investigadores o hacer investigación de la docencia, se debe superar en los hechos a través del uso que los docentes hagan de los resultados de investigación. Y de hecho en la medida en la que el docente haga investigación acción en el aula, podrá modificar, enriquecer su práctica y lograr mejores resultados educativos. En relación a esto Ruth Mercado señala: "Algunos importantes estudios [...] nos muestran cómo el aula no es un espacio cerrado, las prácticas que se realizan en ellas son sociales, reciben influencias del contexto local y a su vez inciden en él. En el aula tienen lugar procesos donde necesariamente están presentes los diversos referentes culturales que, como sujetos sociales, los alumnos y los maestros llevan a ella".[3]
De ahí que es fundamental recuperar el imperativo de una formación integral, científica y exigente de los educadores; recuperar inteligencia, creatividad y experiencia como materias de la propia práctica educativa; discutir los temas básicos del ser y hacer docente sin cuya interpretación y comprensión, los métodos, técnicas de enseñanza posmodernos, insumos y tecnología de punta caen en terreno estéril.
Una serie de acciones que en conjunto y sistemáticamente implementadas pondrían lograr esa formación integral y ese profundo proceso de actualización y capacitación docente que buena falta hace serían:
- Apoyar proyectos de investigación que estudien procesos de formación docente en las distintas regiones del estado, así como de escuelas que se comprometan a experimentar técnicas y materiales alternativos, propiciando su estudio sistemático e intercambio de experiencias docentes.
- Formar Comités Técnicos que analicen y evalúen iniciativas de capacitación y actualización docente que sean innovadores o establecer apoyos de asesoría y recursos, a tesis que estudien aspectos de la cotidianidad escolar y de los procesos de formación docente.
- Reconocer que los profesores tienen distintos niveles y formas de significar sus vivencias, sus variadas formaciones y experiencias, por lo que se hace necesario establecer distintas opciones: asesorías individuales, cursos, apoyos en el aula, etc.
- Publicar trabajos de experiencias de profesores y reportajes sobre escuelas con innovaciones; sin retóricas idealistas, sino enfatizando lo positivo y negativo de su acción docente.
- Propiciar círculos de lectura magisterial donde se promuevan el gusto por la lectura y la preparación académica, pues el profesor que no lee no puede transmitir lo que no le interesa ni practica.
A partir de estas propuestas, eligiendo lo posible, parece factible pensar en la instalación de un proceso permanente de actualización y capacitación magisterial.
Quiero concluir con esta frase, que nos dice mucho:
Quien se atreve a enseñar, jamás deberá de dejar de aprender.
Y es que la profesionalización del maestro no debe concluirse con la licenciatura normalista; si no que esta, debe ser el principio de una larga preparación continúa, que permita al docente estar al día y a la vanguardia en cuanto a educación se refiere. Pero esto sólo se logrará si los maestros nos comprometemos con nuestro quehacer docente, con nuestros alumnos y con nuestro país. Ya que a medida que se haga efectivo ese compromiso por parte de TODOS los educadores, se logrará la calidad de la educación en el país.



Ø SOLANA, Fernando. Historia de la Educación en México. F.E.E, México 1982. 644 p.

Ø MENESES MORALES, Ernesto. Tendencias educativas u oficiales en México 1934-1964. Centro de Estudios Educativos. UIA, México, 1986.

Ø Ruth Mercado. "La formación para la docencia: Un reto de la educación normal". En: Didáctica, Epoca II, Nº 4. Veracruz, diciembre-febrero de 1995.

Ø LATAPÍ, Pablo. La investigación educativa en México. Fondo de Cultura Económica. México, 1996. 196 pp.
[1] SOLANA, Fernando. Historia de la Educación en México. F.E.E, p. 420.
[2] Ibid
[3] Ruth Mercado. "La formación para la docencia: Un reto de la educación normal". En: Didáctica, Epoca II, Nº 4. Veracruz, diciembre-febrero de 1995. p. 5.

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